Un Nuevo Amanecer para Honduras
MINISTERIO DE ORACIÓN DE 24 HORAS
“HONDURAS CLAMA”
Ministerio que el Señor usó como baluarte en el avivamiento que hay en la nación.
Ministerio de Oración Honduras Clama
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Impreso en Impresiones Alfa
La Lima, Cortés, Honduras
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El Pastor Cloward Bennett y su esposa Reina, son los fundadores del Ministerio de Intercesión de 24 horas, cuyo nombre es: MINISTERIO DE ORACIÓN HONDURAS CLAMA. Clamar significa suplicar, como cuando alguien está en una situación desesperante. Ejemplo de esto es el caso de Pedro cuando estaba hundiéndose en el mar; él clamó desesperadamente al Señor pidiendo auxilio para ser rescatado.
Así precisamente estaba la situación en la nación hondureña cuando este ministerio inició. El país se estaba hundiendo más y más en sus conflictos internos, había una permanente amenaza externa por los diferentes intereses que se jugaban en Centro América, los tambores de guerra estaban sonando a todo volumen. Parecía como que ya no había más esperanza para Honduras. Esta situación emergente que había en la nación, fue la razón del nacimiento de “Honduras Clama”. El nombre del ministerio surgió del profundo gemir que había en el corazón de los esposos Bennett por el amor a su país, Honduras
Clamar delante del Señor, era la última y única esperanza que les quedaba para poder rescatar a la nación.
El pastor Cloward Bennet narra:
Comenzamos este ministerio en el año 1986, ambos somos ministros ordenados; por más de 15 años habíamos servido a la Iglesia en Honduras, nuestro país natal. En 1984 el Señor nos habló y nos dijo que renunciáramos al ministerio pastoral. Él nos dijo que estaba haciendo una cosa nueva en nuestras vidas y ministerio (Is. 42:9); para lograr esto el Señor nos abrió puertas para viajar a los Estados Unidos, no fue muy fácil para nosotros al principio dar este paso. A las muchas preguntas que bombardeaban nuestras mentes no siempre encontrábamos respuestas satisfactorias. La inseguridad acerca de nuestro futuro fue una inquietud preocupante para nosotros. Amábamos mucho la labor que ejercíamos en el ministerio pastoral, pero ahora el Señor nos estaba diciendo que lo dejáramos, porque Él estaba haciendo cosas nuevas en nuestro ministerio.
A pesar de que no entendíamos todo, fuimos obedientes, entregamos el ministerio en las manos de la persona que el Señor había asignado para sustituirnos, dimos el paso de fe y viajamos a los Estados Unidos. Hasta ese momento no sabíamos la razón por la que el Señor nos había traído pero estábamos siendo obedientes a Sus instrucciones.
Ahora en esta gran nación del Norte con una forma de vida completamente diferente a la de nuestro país, permanentemente consultábamos al Señor para saber cuál era Su plan al habernos trasladado a esta Nación. Habíamos sido traídos hasta acá pero sin más instrucciones posteriores. La verdad es que no sabíamos que era lo que íbamos a hacer.
El Señor fue misericordioso con nosotros y nos guió tal como guió al profeta Eliseo, al Aposento del Profeta (II Reyes 4:8-11). Él nos preparó una familia muy especial, quienes nos conocían y por varias ocasiones habían estado en la Iglesia que nosotros pastoreábamos en Honduras, una gente linda y especial en el Señor, me refiero a la Familia Miller. Esta familia fue el instrumento que el Señor usó para encausarnos, hacia el otro paso en Sus planes y propósitos para nuestras vidas y ministerio. Ellos no vacilaron para darnos la bienvenida y su bendición; las puertas del hogar de esta linda familia estuvieron abiertas para nosotros durante todo el tiempo de nuestra estadía en los Estados Unidos. Ellos conocían acerca de la fuerte unción que había sobre nuestras vidas y del llamamiento que teníamos del Señor.
Diariamente buscábamos al Señor, muchas veces en ayuno y oración, parecía que todo estaba como en toque de queda, no llegaba ninguna respuesta del Señor. Esto en verdad nos preocupaba cada día más y más; mientras tanto nos habíamos involucrado en algunas actividades en la Iglesia de la ciudad donde estábamos radicados. Predicábamos en varios lugares, ministrábamos a las personas que venían a nosotros en busca de ayuda espiritual; pero sabíamos que esa no era la razón por la que el Señor nos había traído en ese tiempo a esta nación. Nosotros estábamos en Norte América, pero nuestros corazones estaban en Honduras; estábamos muy inquietos por la situación que se estaba dando en toda la zona centroamericana durante ese periodo de la historia; había insurrecciones, tumultos, revoluciones, amenazas comunistas, violencia por doquier, en fin todo parecía como que una nube oscura estaba cubriendo toda el área. Honduras parecía que sería la siguiente víctima en línea para caer totalmente bajo esas garras. La plataforma ya estaba preparada para una revolución interna.
¡Entonces llego el día! Sucedió una mañana muy temprano a las 5:00 a.m. que mientras yo, Cloward Bennett oraba en el templo, con una temperatura a cero grados centígrados, el Señor me habló en una forma muy clara: “Les he traído aquí únicamente para un periodo de transición, Yo estoy coordinando sus vidas, quiero que se levanten y vuelvan a su país esta vez, no como pastores de una congregación sino como ministros de Oración para su nación”; me dijo que la batalla que estaba confrontando mi país no era una batalla física sino espiritual. “Los llamados a pelear esta batalla no son los del ejército, ni el gobierno, ni la guerrilla, sino la Iglesia. La batalla es espiritual y solamente el pueblo espiritual puede librarlo. A Abraham le llamé para que abandonara su tierra y a su pueblo, en cambio a ti te estoy llamando para que vuelvas a tu tierra y a tu pueblo. Tu irás a comenzar un ministerio de intercesión de 24 horas para interceder permanentemente a favor de tu nación, no te llamo a hablarle a una denominación en particular sino a hablarle a la nación”.
La escritura que el Señor me dio en ese mismo tiempo fue Juan 9:4 “Me es necesario hacer la obra del que me envió mientras el día dure la noche viene cuando nadie puede trabajar”. El señor me dijo: “Lo que hice para Josué quiero hacerlo para ti. Es un hecho que la noche con pasos agigantados se está aproximando sobre tu país; pero como yo detuve el sol hasta que Josué y su ejército tuviesen su victoria, así también quiero impedir que la negra noche caiga sobre tu país, quiero darles la victoria, para eso precisamente he estado preparándoles a ustedes. Si la Iglesia de su nación se pone de acuerdo a orar por ella, vendrá un Nuevo Amanecer sobre Honduras; pero si no, entonces esa noche repentina será inevitable”.
Este fue un llamado de urgencia y una vez mas la parte humana que es tan pronta para hacer preguntas dudosas, trató de tomar control sobre mis pensamientos. Preguntas tales como: ¿Cómo podrá ser esto? ¿Cómo nos vamos a sostener? ¿Han oído algo semejante a esto antes? A todas estas preguntas dudosas, siempre oíamos la respuesta del Señor ¨No teman, yo estoy con ustedes, sigan adelante, las finanzas vendrán detrás, Yo soy su proveedor”.
Para nosotros regresar a nuestra nación era un reto, más grande de lo que fue salir para Norte América. Considerando la misión que se nos estaba encomendando, dar este paso de fe, salir para volver a nuestro país, el cual está considerado entre los más pobres del mundo. Si no, no seríamos obedientes al llamamiento de Dios sobre nuestras vidas; seguimos orando, y entre más orábamos más el Señor fue confirmándonos sobre la necesidad de que regresáramos a nuestro país.
Durante todo el tiempo que estuvimos en los Estados Unidos el Señor milagrosamente nos proveyó y nos equipó con todos los instrumentos que necesitábamos; nos dio el vehículo adecuado que necesitábamos para emprender el viaje de regreso a nuestra tierra. Todos los hermanos de la iglesia al despedirse de nosotros lo hacían con tristeza por la gran hermandad que había entre nosotros. Pudimos planificar nuestra salida para pasar unos días en un campamento en donde se estaban llevando a cabo unos cultos especiales de avivamiento. Aquí el Señor continuó hablándonos acerca de Su llamamiento y de las cosas que confrontaríamos para establecer este Ministerio; fuimos animados y aquí se oró por nosotros una vez más, antes de seguir nuestro camino rumbo a Honduras.
El Señor nos dio un viaje seguro atravesando los 5 mil kilómetros en caminos peligrosos entre Sulphur Springs, Texas y San Pedro Sula, Honduras. Fuimos sobrecogidos de gozo cuando vimos flamear nuestras banderas en la frontera entre Guatemala y Honduras. En las próximas horas ya estábamos en San Pedro Sula, la segunda ciudad de Honduras, lugar donde el Señor nos llamó para un establecer el Ministerio de oración de 24 horas.
Con mucha satisfacción estábamos de regreso; ¡ahora el momento de confrontar la realidad había llegado! ¿Cómo deberíamos de proceder para cumplir con lo que se nos había asignado? ¿Quiénes me iban a escuchar? ¿Será recibido este ministerio por los Ministros de la nación? Eran preguntas desafiantes, pero el Señor que nos había traído hasta aquí había prometido estar con nosotros hasta el fin.
Ahora de regreso en Honduras, otra gran pregunta era ¿Cómo y dónde encontraríamos un lugar para comenzar lo que se nos había encomendado? Necesitábamos un lugar con suma urgencia, ya sabíamos que la batalla que estaba confrontando nuestra nación no era una batalla física sino espiritual. Los llamados a pelear esta batalla no eran el ejército, ni el gobierno, ni ninguna otra institución, sino la Iglesia del Señor. Con este pensamiento en nuestra mente y después de mucha oración y búsqueda por un local, el Señor nos dirigió al lugar correcto. Este sería un lugar que tendría que estar abierto las 24 horas del día.
El Señor nos había mostrado que la vida de oración de la iglesia en Honduras estaba en su punto más bajo; caminaba coja en el área de la oración. Su misión era introducirse y traer un balance para que la Iglesia se enderezara y así caminara derecha. En el lugar donde instalamos la Casa de Oración se nos ordenó que hiciéramos un mapa grande de Honduras. Este mapa fue hecho y puesto en alto sobre una mesa en el centro de la sala de la casa de oración. Juntamente con el pueblo que llegase a orar, nosotros deberíamos tomarnos de las manos formando un vallado, intercediendo alrededor del mapa, clamando por la nación.
Mirábamos como el tráfico de drogas, la prostitución, el comunismo, y todas las fuerzas del mal operaban las 24 horas sin parar; mucho más la Iglesia debería de estar operando en una forma permanente para poder detener estas fuerzas. Lo que pudimos detectar fue que mientras las fuerzas del mal hacían todo lo que podían para atraer más y más destrucción sobre la nación, era poco lo que la Iglesia hacía para detenerlo. La mayoría de las congregaciones tenían un culto de oración por semana; el cual quizás duraba hora y media, en él tenían un tiempo prolongado de alabanzas, enseñanzas y otras cosas más y el tiempo que les sobraba lo usaban para orar. Así de esta forma se combatía al enemigo, una vez por semana y solamente una parte del culto semanal de oración era verdaderamente usado para orar. Así el enemigo casi no tenia resistencia entonces se le dejaba el campo libre para que él hiciera lo que quisiera.
Cuando el Señor nos habló para que regresáramos a nuestro país, estábamos como Daniel, lejos de su patria pero en constante oración por ella. El Señor nos iba poniendo la carga y nos mostraba mientras orábamos, como estaba la situación de la nación. Precisamente Él nos hizo ver con claridad que esa era la razón por la cual regresábamos. Lo hacíamos para motivar y ayudar a la iglesia a orar verdaderamente. Después de mucha oración y búsqueda, con la ayuda del Señor pudimos encontrar ese lugar adecuado para lo que necesitábamos.
En preparación para el día de la inauguración, enviamos cartas de invitación a todas las congregaciones, también anunciamos por la radio Cristiana invitando a todos los pastores para venir a la inauguración del nuevo Ministerio que comenzaba. Parece que la invitación no captó la atención de muchos. En el día, hora y lugar asignado, mi esposa Reina y yo quedamos un poco desilusionados, porque fueron solamente unos cuantos pastores los que acudieron a la invitación. No permitimos que esto nos desanimara; teníamos una fuerte convicción y seguridad que el Señor nos había llamado a esto; y había en nosotros una seguridad de la necesidad de un ministerio como tal. El mismo nombre que el Señor nos había dado, “Honduras Clama”, daba a entender que el país estaba en una situación emergente y que era urgente que el pueblo de Dios clamara por ella. El Señor nos había dicho que mediante el clamor del pueblo, el traería Salvación a la nación.
Un gran reto había comenzado, un ministerio de 24 horas había iniciado y solamente mi esposa y yo para administrarlo; ¿Cómo iríamos a manejar esta tarea tan difícil? ¿Cómo le íbamos a hacer? ¿Deberíamos dar paso hacia atrás y olvidarlo todo? Estas incertidumbres constantemente bombardeaban nuestras mentes, pero el Señor nos levantó bandera. Recibimos ánimo en la palabra de Lucas 9:60 “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios”. Con estas palabras de fortaleza resolvimos seguir hacia adelante. ¿Sería posible sólo nosotros dos mantener funcionando un ministerio de 24 horas al día? La palabra nos confirma que con el Señor todo es posible. Enfrontamos el reto y estábamos seguros que el Señor no nos había traído hasta allí para dejarnos solos; comprendimos que cuando el Señor nos llama a cumplir una misión específica, Él también provee el medio para hacerlo. En todo esto aprendimos que cuando somos obedientes al Señor y somos fieles a Su llamamiento, Él realiza milagros a nuestro favor.
En el segundo día de la apertura del ministerio, el Señor nos mandó las personas que necesitábamos para entrarle de lleno, así como Él lo había prometido. Con esto fuimos grandemente animados. Comenzaron a llegar unas cuantas personas a orar y otros a pedir que oraran por ellos. Para nosotros, esto era una buena señal; de las personas que llegaban cada día el Señor sanaba o liberaba a algún endemoniado y así la noticia se fue regando rápidamente. Fue como cuando una hormiguita encuentra un pedacito de dulce en la mesa, inmediatamente va y anuncia a todos los demás y en poco tiempo hay centenares de esas pequeñas criaturas caminando por la mesa, disfrutando la dulzura de ese granito de dulce. Exactamente así pasó con el Ministerio, las personas llegaban, el Señor les bendecía, los sanaba o les liberaba; entonces ellos iban y compartían su testimonio con otros. En un tiempo muy corto la casa se llenaba con personas que llegaban todos los días. Venían de todas partes de la ciudad porque oían de lo que el Señor estaba haciendo y querían ser parte de ello.
El poder del Señor se comenzó a mover en una forma tremendísima. Centenares de personas eran sanadas y liberadas diariamente; esto trajo una reacción negativa de algunos de los pastores de la ciudad; fuimos falsamente acusados de querer robarles sus ovejas; acusación que nació de los celos. Habíamos esclarecido desde un principio que no habíamos venido para comenzar una nueva congregación, sino para levantar un Ministerio de Intercesión para clamar a favor de la nación. Eso era exactamente lo que estábamos haciendo, llamando a la Iglesia a orar.
Una de las oraciones básicas diarias en el ministerio era: ´´Señor, por favor saca a luz todos los planes ocultos del enemigo y destrúyelos antes de que él pueda ejecutarlos “. Diariamente oíamos de cosas que el Señor iba revelando, sacándolas a luz y avergonzando al enemigo. Durante este tiempo había mucha intranquilidad política, casi todos los días había estallidos de bombas en diferentes lugares matando gente inocente. Desde que empezamos a orar las 24 horas del día a favor de la nación, el Señor comenzó a revelar muchas cosas, lo cual trajo ánimo al pueblo para seguir orando más y más cada día.
Una vez había un huracán, el cual se dirigía hacia las costas del norte de Honduras; hice un llamado urgente a través de la radio para que el pueblo se pusiera de acuerdo en oración para impedirlo, así lo hicieron y en menos de 24 horas ese huracán se estaba dividiendo en dos, una parte pasó por la frontera norte y otra por la frontera sur; pero Honduras no fue tocada, sino que quedó como un oasis, rodeada por la gran turbulencia, pero sin ser tocada. Muchas naciones fueron tremendamente arrasadas, pero el Señor guardó a Honduras. Cosas como estas se suscitan cuando el pueblo de Dios se pone de acuerdo para orar por su nación.
En la Casa de Oración orábamos esta oración diariamente: “Señor, oramos que quien entre por esta puerta, no salga igual”. Así es que todo aquel que entra enfermo, sale sano; cualquiera que entra poseído por algún demonio, sale libre. Vez tras vez, esto se suscitaba en el Ministerio. El que entraba no salía igual. El Señor ha sido fiel en contestar esta oración, este Ministerio es como una clínica de emergencias. Muchas personas que habían sido heridas profundamente en el alma, han llegado allí para encontrar en el Señor el bálsamo que necesitaban. Él nos dijo que este ministerio sería como un pozo del cual fluiría miel, leche o vino, dependiendo de la necesidad de la persona que viniera a retirar de ella. Miel, para endulzar a todos aquellos que anduvieran con amargura de corazón. Leche para el fortalecimiento de los debilitados. Vino para restaurar el gozo de los que anduviesen tristes y angustiados. Bajo el discernimiento y unción del Espíritu Santo, esto era aplicado a aquellos que entraban para buscar ayuda y consejo. Diariamente aquel que entraba, recibía la medicina para su alma.
El mapa grande de Honduras que el Señor dijo que se hiciera, está allí al frente de la Casa de Oración; este mapa con la demarcación de los 18 departamentos del País, fue una atracción para muchas personas; este tiene una bujía grande en el mero centro, la cual estaba encendida en todo tiempo, nunca se apagaba. En cada uno de los 18 departamentos había una pequeña bujía roja, que se encendían y se apagaba por si solas; todo el tiempo estaba así, esto era como una señal de llamada urgente a la oración, como queriendo decir “Nuestra Nación está en peligro, es tiempo de que nos unamos todos a clamar para rescatarla”. La bujía que nunca se apagaba representaba la gloria del Señor iluminando sobre Honduras. El Señor nos dijo que mientras el pueblo se mantuviera en la oración, Su Gloria la Iluminaría continuamente y que la negra noche no llegaría a nuestro País.
El propósito de este Ministerio es en primer lugar, llamar a la nación a la oración, a orar por la salvación física y espiritual del país, orar y aconsejar a las personas que lleguen con necesidades. Animar al creyente a orar más. Asegurar que haya una Intercesión ininterrumpida a favor de la Nación las 24 horas del día, enseñar al pueblo a orar, traer al perdido a Cristo y señalarle al caído el camino de regreso al Señor.
Una de las primeras personas que se convirtieron en el ministerio fue una bruja, ella era una verdadera bruja, profundamente involucrada en la hechicería, quien fue enviada por sus amos para ver que podían hacer para destruirnos a mi esposa y a mí, y así destruir el ministerio. Conversé con ella por cinco horas consecutivas sin saber quién era, pero sintiendo algo muy extraño durante toda la conversación, parecía como si las palabras que yo había compartido estaban rebotando; pero nuestro Dios que siempre es fiel nos dice que Su palabra no vuelve vacía. Esta bruja fue milagrosamente tocada por la palabra del Señor y cayéndose de rodillas confesó sus pecados y aceptó a Jesús como su Señor. La conversación de esta ahora ex bruja fue un punto clave para nuestro ministerio. El Señor a través de esta persona nos reveló muchas cosas del ámbito espiritual que deberíamos de conocer. Ella compartió con nosotros acerca de muchas cosas secretas que se estaban planeando ocultamente en el mundo de las tinieblas. Por causa de esto pudimos descubrir más claves sobre cómo orar más efectivamente por la nación. La oración siempre era contestada y esta fue una prueba más de la fidelidad de Dios para con Su pueblo.
Casi cada ciudad y pueblo de Honduras ha sido fundada bajo una maldición. Lo cual aconteció cuando fueron establecidos por sus fundadores; todos ellos fueron puestos en las manos de un patrón o patrona. Supuestamente el patrón es uno que supervisa o está encargado de alguna área geográfica. El caso relatado en el libro de Daniel 10:12-13 nos da una luz para entender qué es lo que se mueve detrás de esto. Son principados demoniacos enviados directamente del reino satánico para tomar dominio sobre alguna área determinada. En el caso de Daniel este príncipe demoniaco tenía el dominio sobre Persia y no quería soltar ese dominio; así también están los pueblos nuestros, atados bajo el dominio demoniaco. Esto se hizo voluntariamente por la ceguera de aquellos hombres fundadores de nuestros pueblos; estos demonios fueron puestos como protectores de toda la nación de Honduras, por esta razón está bajo maldición. En su origen no fue entregada en las manos del Señor, sino en las manos de una patrona, mejor dicho una endemoniada. La palabra de Dios nos dice: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. (Efesios 6:12)
La ex bruja que se salvó había sido enviada al ministerio por el demonio mayor que tenía controlada la ciudad de San Pedro Sula; ella lo identificaba como el hermano mayor. Este demonio sabía que su dominio sobre esta ciudad estaba siendo amenazado por la permanente Oración ungida que se levantaba al Dios del cielo todo el día para destruir su obra. Así es que este demonio tenía que buscar la forma cómo destruir este ministerio, por esa razón mandó a una de sus brujas más experimentadas para encargarle esa misión de tratar de destruirnos y así destruir el ministerio. A Dios sea la Gloria que más grande es el que está en nosotros que el que está en el mundo.
Siempre hay una afluencia de personas entrando y saliendo del centro de oración. Muchos de ellos pasan días y noches enteras delante del Señor orando. Algunos vienen para estar en ayuno y en oración de un día, a veces de varios días. Una de las cosas que ha sido muy efectiva y de mucha bendición, era cuando hacíamos el llamado al pueblo a celebrar tres días consecutivos de ayuno y oración; quedábamos asombrados de la cantidad de hermanos que respondían a estas reuniones. Siempre había una unción especial para sanidad y liberación, el Espíritu del Señor se manifestaba en una forma tal que esos tres días se hacían como si fuera un solo día. Durante estas reuniones el Señor sacaba a luz muchas cosas que el enemigo tramaba en la oscuridad; se oraba en la esfera espiritual se destruían todos esos planes antes de que los pudieran ejecutar en lo natural.
Esencial para este ministerio de intercesión, fue el mismo ministerio radial que el Señor nos dio. Este era el medio a través del cual ellos hacían llegar sus mensajes a los centinelas, guiándoles a orar y diciéndoles por qué cosas deberían de orar; ellos compartían testimonios de oraciones contestadas. Esto animaba mucho al pueblo a seguir orando; este programa que era trasmitido todos los días en vivo de 6: 00 a 6:30 cada mañana, era muy escuchado. Diariamente las personas se deleitaban sintonizando el programa para oír cual era la palabra del Señor para ese día y para ponerse de acuerdo para orar por el país y por la necesidad existente del momento dado. Este programa era un medio a través del cual se motivaba a la Iglesia a orar. Constantemente las personas llamaban al programa para pedir oración por sus necesidades. Todo esto se hacía en vivo en el programa que se transmitía diariamente.
En el año 1989, las elecciones en Honduras estaban planificadas para el mes de Noviembre; al principio de este año, por la frontera Sur hondureña, colindando con su país vecino que estaba siendo gobernada bajo un régimen comunista totalitario, secretamente había penetrado un comando guerrillero queriendo exportar su revolución a Honduras. Su propósito por haber penetrado era tratar de desestabilizar al gobierno democrático de Honduras, sembrando el pánico en medio de su población; estableciendo así la plataforma para otra conquista comunista. Por varios meses ese grupo había estado trabajando secretamente con sus conexiones internamente en Honduras para sembrar el caos. Siendo el año 1989 de elecciones, estimaron que era el año propicio para hacer sus trastadas. Era el momento oportuno para promover al máximo su anhelo realizando sus ataques alrededor de este tiempo para confusión y temor sobre el pueblo hondureño. Esta pobre nación la cual por décadas había vivido bajo dictaduras militares, estaba a punto de realizar su tercera elección democrática seguida e interrumpida; esto era algo que los comunistas odiaban. Su meta era asesinar al presidente y a los dos candidatos a la presidencia, ya habían planificado su estrategia. Ellos sabían exactamente lo que iban a hacer, el dónde, y exactamente cuándo lo iban a hacer; todo estaba bien calculado con toda precisión.
Iban a matar a estos tres hombres que se movían en todo el país sin mucha seguridad; este comando había planificado todo tan preciso, que no dejarían huella alguna. Lo planificaron así para poder después culpar al ejército hondureño, acusándolo, de querer retomar el poder. En verdad esto crearía una gran confusión en el país, levantaría falsos testigos para acusar a los militares utilizando los medios periodísticos para ello. Todo esto para incitar a la población a que se levantara en armas en contra del ejército creando odio contra ellos y así dar inicio a su deseada revolución en Honduras. Querían formar lo que ellos llamaban un frente de liberación nacional, esta sería su oportunidad para con sus camaradas, tomar el poder en Honduras. Este plan estaba bien detallado y meticulosamente elaborado, ahora sólo era cuestión de tiempo.
En el mes de Junio, el fin de semana antes de que este plan diabólico se llevara a cabo, el jefe de este comando decidió que él quería pasar un tiempo a solas para la última revisión a su plan para ver que todo estuviese en orden. Mientras él estaba pensando en esto, el Señor me habló cuando estaba transmitiendo el programa radial “Una Luz en las Tinieblas”. El Señor me ordenó que hiciera un llamado de emergencia por la radio a todos los centinelas de oración para que se reuniesen en Honduras Clama: “Convoca a una vigilia de oración de toda la noche”. Fui obediente a la voz del Señor e inmediatamente sin saber el objetivo, anuncié la vigilia emergente para el sábado en la noche. Usualmente cuando había una vigilia así, se anunciaba con mucho tiempo de anticipación para que la gente se preparara; pero esta vez sólo tuvieron un día.
A las 6:00 p.m. del sábado el ejército de centinelas se reunió para la batalla de toda la noche; nos asombramos al ver la gran cantidad de hermanos que llegaron, ya que no se hizo mucho anuncio. En verdad fue el Señor Quien los trajo, porque la batalla se iba a librar esa noche; era una batalla decisiva para la vida de la nación. Este sería el momento para ver hecha realidad la Palabra original que el Señor nos había dado antes del inicio de este ministerio. El Señor nos dijo: Si el pueblo clamare, habrá Un Nuevo Amanecer para Honduras. Si no oran será un repentino anochecer. Esta sería la gran noche del gran duelo; si fallaran en clamar esta noche por Honduras, ya mañana sería demasiado tarde; porque el enemigo avanzaba y esa negra noche ya habría caído sobre los hondureños.
El pueblo clamó con fervor en esa noche crucial para el destino de su nación. Tomados todos de las manos, haciendo un vallado alrededor del mapa gigantesco de Honduras, el pueblo clamó al Señor para que tuviera misericordia de Honduras. Clamaban pidiéndole al Señor que sacara a luz todos los planes ocultos del enemigo y que los destruyera antes de que fuesen puestos en acción. Ellos no sabían lo que estaba pasando; pero si se dieron cuenta de que había una batalla feroz que se estaba librando en las regiones celestes y que no deberían soltarla hasta que hubiese obtenido la victoria.
Mientras tanto, este comandante guerrillero que había venido de Tegucigalpa para pasar esa noche solo en un hotel de San Pedro Sula, para pulir su plan, repentinamente sintió una extraña sensación, batalló consigo mismo por un momento, tratando de resistir lo que estaba sintiendo, pero entre más se resistía, mas sentía conmoción. Él se preguntó a si mismo ¿estaré soñando? No podía creer lo que estaba sucediéndole. Todo esto estaba pasándole a la media noche mientras él se encontraba en el cuarto de su hotel. Vino sobre él una gran convicción de arrepentimiento y de reconocimiento de que lo que planeaba ejecutar, juntamente con sus camaradas en los próximos días era algo tremendamente horrendo. El oyó una voz que le decía que él tenía que confesar e ir delante de las autoridades hondureñas y pedir perdón por su macabro plan. El comenzó a hacer conjeturas sobre lo que estaba sintiendo. Dijo: Yo soy un combatiente guerrillero y nosotros nunca nos rendimos, preferimos morir antes que rendirnos. ¡¿Qué es lo que me está sucediendo?! ¡No entiendo! Estas fueron sus expresiones. Finalmente no podía seguir resistiendo a esa fuerte convicción que se había apoderado de él convenciéndole de que debería de ir muy temprano al día siguiente a entregarse a las autoridades sacando a luz su plan. Pues precisamente eso fue lo primero que hizo cuando se levantó al día siguiente, se fue y se entregó a la 105 brigada militar en la ciudad de San Pedro Sula. Este incidente fue una clara manifestación de las cosas que pueden pasar cuando el pueblo del Señor se une para clamar, Él saca a la luz todas las cosas ocultas. Esto nos trae a memoria la historia de Pedro narrada en Hechos 12:6-18: Pedro estaba encarcelado, esa misma noche Herodes planeaba sacarlo para matarlo, pero la Iglesia se reunió para pelear la batalla en oración y Pedro fue liberado milagrosamente. Los resultados de esa oración en unidad, fueron poderosamente manifestados a todos.
Este incidente del rendimiento de este líder guerrillero fue noticia nacional, llegó a ocupar los titulares de todos los noticieros del país, fue el comentario del día. Este comandante declaró todo acerca del plan diabólico, él también dio nombres de conexiones internas que tenían en Honduras; nombres de personas y de instituciones quienes estaban involucrados en la siembra de la semilla de destrucción a través de la nación creando un ambiente propicio para dar inicio a su tan deseada revolución. Aquí miramos que una vez más, el Señor había sido fiel en responder a la oración de Su pueblo sacando a luz los planes del enemigo y destruyéndolos antes de su ejecución.
El lunes en la mañana cuando fui a la radio a trasmitir el programa, todos los fieles intercesores estaban sintonizando la emisora; por mi parte, con todo el entusiasmo y la satisfacción de saber que la misión había sido cumplida, les anuncié a todos los intercesores que su oración por Honduras había llegado hasta el trono del Señor. Pude recalcarles nuevamente sobre la forma como el Señor me había ordenado que llamara a esa vigilia de emergencia, les dije que fue la oración de ellos que hizo posible que ese hombre se entregara y confesara su mal. El pueblo fue conmovido y esto trajo una gran motivación a la iglesia para seguir orando aún más. Los que habían asistido a la vigilia se sintieron muy contentos sabiendo que ellos habían sido parte de esta gran victoria dada a su nación; ellos habían visto como el Señor había traído una vez más a la luz los planes del enemigo y los había destruido. Aquella convicción que sintió ese hombre por la oración fervorosa que los intercesores estaban elevando al Señor en aquella misma hora de la noche.
El candidato que fue elegido a la presidencia de la nación asistió a una de las reuniones promovida por los pastores e hizo una confesión publica de Jesús; durante su gestión hizo muchas cosas que fueron beneficiosas para la nación.
Otra respuesta específica de oración fue lo que se denominó “La Caravana de la Victoria” que se realizó en Octubre de 1989, un mes antes de las elecciones presidenciales. Desde el 23 a las 5:00 a.m. cada día, como hizo Josué alrededor de Jericó; también recibimos la orden del Señor de llamar a los creyentes de nuestra nación para hacer lo mismo. Habíamos estado orando por tres años consecutivos, pero aun había muchos muros que derribar y abrir las muchas puertas que se encontraban aun cerradas. En el primer día de las siete vueltas el pueblo se reunió muy temprano en la mañana con gran entusiasmo por lo que estaba a punto de acontecer; cada día se agregaba más y más pueblo a la marcha, mientras yo reportaba por la radio las tremendas bendiciones que recibíamos todos los días en la caravana de la oración. Los que oían se animaban para unirse a la caravana al día siguiente. Había una tremenda unción mientras el pueblo circulaba alrededor de la ciudad intercediendo por ella. En el último día de las vueltas, había quizás unas 20 mil personas circulando alrededor de San Pedro Sula dando siete vueltas, clamando por su nación. La gente llegó de diferentes partes del país, aún de las montañas; era un momento especial porque se estaban sacudiendo los cimientos de las fortalezas del enemigo sobre la nación. A esta fecha ya este evento había captado la atención de todos los noticieros del país. Todos los días llegaban a “Honduras Clama” los periodistas de los diferentes medios de información a buscar noticias de la fuente. El último día de la marcha en el cual daríamos siete vueltas era el domingo 29 de octubre, día nacional de ayuno y oración. Comenzamos a las cuatro de la mañana y terminamos a las dos de la tarde con un clamor de oración frente al ministerio de oración “Honduras Clama”.
No solamente hicimos la caravana de oración, sino que también el último día, desde tres diferentes avionetas volando encima de la ciudad, la ungimos con aceite. Varios galones de aceite fueron puestos en contenedores especiales y desde las avionetas ungimos la ciudad ¡esto fue tremendo!.
Durante todo este tiempo el pueblo estaba orando no solamente para derribar las fortalezas y muros de separación que había en nuestra nación sino también en otras naciones. Entre ellos había personas de varios países, una de las primeras respuestas visibles a estas oraciones fue el derrumbe de un gran muro de concreto que dividía una sección de la ciudad de la otra. También el muro de separación que había entre pastores e iglesias fue derribado; la fortaleza de la brujería fue destruida y posteriormente se dio un decreto de que cualquier persona que fuera encontrada practicando cualquier forma de ocultismo, sería encarcelada.
También sus programas radiales fueron cancelados; desde que se llevó a cabo esta marcha, el Señor ha dado a la iglesia mucho favor y respeto de la nación. La Iglesia ha tomado su posición de cabeza y no cola. Una semana después de que realizamos esta marcha, cayeron los muros de Berlín.
Hubo una reunión de seguimiento después de esta “Caravana de la Victoria” que reunió a todo el liderazgo pastoral. ¡Qué lindo fue ver una valla al frente con aquellas grandes letras que decían “Somos Uno”!. Todos ellos testificaron del tiempo maravilloso que había pasado y de la gran victoria que el Señor nos había dado; esto trajo gran unidad en medio del Cuerpo de Cristo. Constantemente se siguieron reuniendo para establecer la estrategia para seguir en la conquista. Pocos meses después surgió un gran avivamiento en la nación. Las iglesias se quedaban muy pequeñas para poder albergar la gran cantidad de personas que asistían a los cultos. Muchos de ellos se vieron obligados a celebrar dos y tres cultos los domingos. Antes de las vueltas de “La Caravana de Victoria”, la congregación más grande que había quizás consistía de 500 miembros. Ahora hay congregaciones de 7 mil, 10 mil, 12 mil, y todos están creciendo aceleradamente. Muchos están vendiendo y comprando terrenos más grandes para albergar la gran cantidad de creyentes en sus iglesias. Hay una cosecha permanente de almas y un verdadero avivamiento ha surgido. Ahora hay en Honduras una Iglesia muy fortalecida y un equipo fuerte de intercesores.
“Honduras Clama” ha sido el lugar de muchas reuniones de importancia para la vida de la nación. En 1989, hubo una cadena de intercesión que involucraba a todos los países centroamericanos. “Honduras Clama” fue la sede en Honduras. Otro enfoque de oración que se hizo a nivel latinoamericano denominado siete horas de poder transmitido vía satélite desde Houston, Texas, patrocinado por TBN. Una de las cruzadas de Billy Graham para Latinoamérica transmitido desde Argentina, el teléfono de “Honduras Clama” fue uno de las escogidas en Honduras. Durante estos eventos especiales hubo centenares de llamadas de las personas para recibir a Cristo. Siempre que había una cruzada especial, mi esposa y yo éramos llamados para preparar el camino juntamente con los centinelas, a través de la oración.
En 1994 fui escogido como coordinador para Latinoamérica para una convocación de todas las naciones a realizarse en Jerusalén en el mes de Septiembre. Este evento fue promovido por la casa de oración para todas las naciones con sede en Jerusalén. Ese mismo año en mi ruta hacia Jerusalén como coordinador para Latinoamérica, un mes antes de llevarse a cabo la convocatoria, el Señor me llevó a Surinam un país de Sur América, para enseñar sobre la oración. Como resultado de este viaje y compartiendo sobre la visión que el Señor me dio por mi nación, se formó un ministerio de intercesión de 24 horas en esa nación. Esto fue otro cumplimiento de lo que el Señor nos había dicho, que iríamos a otras naciones para compartir la visión. En la convocatoria que hubo en Jerusalén asistieron 140 naciones y como coordinador tuve la oportunidad de dar un reporte sobre el ministerio de oración “Honduras Clama”.
En abril de 1995 se celebró en “Honduras Clama” una convención regional a nivel centroamericano como seguimiento de la convocatoria celebrada en Jerusalén el año anterior. Fue asistido por todos los países centroamericanos; también participó el hermano Tom Hess director de la casa de oración para todas las naciones que vino desde Jerusalén; fue un tiempo especial de oración para las naciones centroamericanas. Esto fue un evento de tres días, donde asistieron muchos pastores de la ciudad. Hubo mensajes proféticos y mucha oración. Al terminar los tres días de convocatoria; junto con el director de la casa de oración de todas las naciones visitamos dos de los otros países para seguir enseñando sobre la oración. La visita a estos países fue divinamente diseñada por lo que el Señor estaba a punto de comenzar, especialmente en Guatemala, con el surgimiento del ministerio “El Olivo”, el cual es un grupo que está orando especialmente por Israel.
“Honduras Clama” es un ministerio enviado del Señor para esta nación; esta es la opinión de los pastores que se reúnen semanalmente para orar en centros de oración. Uno de ellos dijo: “Este ministerio es grande porque no tiene fronteras”. Es un lugar neutral donde todos ellos pueden venir sin sentir ningún tipo de barrera. Es un lugar donde se han librado y ganado grandes batallas a favor de la nación. Un lugar donde aquel que entra, no sale igual, un lugar donde el pueblo del Señor se reúne todos los días a clamar, suplicándole que saque a luz todos los planes ocultos del enemigo, pidiéndole que los destruya antes de su ejecución. Pelear la batalla en la mera línea caliente… esta es la razón de su existencia
A diez años de haber iniciado este ministerio, fuimos promovidos por el Señor para subir a Jerusalén para servir como subdirectores de un ministerio mundial de oración. El Señor me había mostrado claramente que nuestra misión para este tiempo en Honduras había sido cumplida. Habíamos logrado hacer todo lo que se nos había asignado y ahora estábamos siendo liberados para ir a Jerusalén a ministrar a los santos. Fuimos a servir a la ciudad del Gran Rey.
Mientras tanto, el Señor, Quien siempre hace todo divinamente perfecto, había levantado a un verdadero gigante en la oración, el pastor Héctor Milán Mejía, quien a nuestra partida hacia Jerusalén, tomó el liderazgo de “Honduras Clama”. Salimos de Honduras en la paz del Señor, habiendo visto y experimentado Su poderoso derramamiento sobre nuestra nación, dejando atrás un cuerpo fuerte de intercesores y una buena unidad pastoral. Nos fuimos satisfechos al ver todas estas cosas. Antes de nuestra salida, los pastores se reunieron para despedirnos, darnos las gracias por los años de labor y para orar por nosotros. Fue un día muy especial mientras cada uno de ellos compartía y lloraba, sabiendo que estábamos diciendo adiós. Así es que nos bendijeron y nos enviaron para Jerusalén.
PERFIL DEL PASTOR
HECTOR MILAN MEJIA
El Pastor Héctor Milán Mejía nació en la Masica Atlántida. Es hijo de Macario Mejía (Q.D.G.) y de Elena Torres y goza de la bendición de tener doce hermanos.
Desde su niñez le gustaban las cosas religiosas y era temeroso de Dios.
A la edad de diez y siete años comenzó a ingerir bebidas alcohólicas, lo que provocó serios problemas físicos y sociales en su vida. Debido a eso emigró a la isla de Roatán cuando tenía veinte y tres años, y fue allá que por primera vez asistió a una iglesia Bautista, atraído por la forma de cómo esa gente alababa a Dios.
Asistió a varias reuniones, y en una ocasión el predicador hizo una pregunta “ Si tu murieras en esta noche ¿En donde pasarías la eternidad” esa interrogante no lo dejó dormir por tres noches hasta que decidió entregarle su vida a Jesucristo el día domingo 16 de mayo a las diez y veinte y cinco de la noche del año 1971.
SU MINISTERIO
En 1982 aceptó pastorear la iglesia Bautista del barrio Las Palmas de San Pedro Sula pastoreó esa grey por 12 años en los cuales preparó discípulos y extendió la obra a otros sectores de la ciudad.
Ingresó a la asociación de Pastores donde pronto formó parte de la junta directiva y junto a otros pastores ayudó a realizar cruzadas a evangelistas foráneos que ayudaron a despertar el interés por la evangelización en Honduras.
Desde que se dedicó a servir Jesucristo, además de ministrar en la iglesia, sentía un fuerte deseo de orar por Honduras, sentimiento que lo llevo a promover la oración en esta ciudad.
Por su formación bautista no aceptaba y se oponía a los que promovían la sanidad Divina y el ayuno; pero Dios en su gran misericordia, el martes 22 de diciembre de 1987 lo llevo a 40 días de oración y ayuno, donde le mostró la situación de Honduras y la iglesia, y le encomendó establecer 7 años de oración y ayuno por la nación, con pastores y líderes del país proclamando que “HONDURAS SERIA LUZ PARA LAS NACIONES”
En ese tiempo se unió al trabajo de oración de Honduras Clama, y estrechó amistad con la familia Bennett fundadores de este ministerio
En agosto de 1989, el Pastor Cloward Bennett comunicó a un grupo de pastores que subieron a orar en un lugar alto de la ciudad, que Dios le había mostrado que debían orar alrededor de San Pedro Sula como Josué había orado en Jericó, en esta actividad de oración proclamarían “Un nuevo Amanecer para Honduras”.
Estas vueltas de oración comenzaron el 23 de octubre de ese mismo año, saliendo a las cinco de la mañana de la iglesia Bautista donde pastoreaba el pastor Mejía quien predicó el mensaje “Ha llegado la hora” al culminar el domingo 29 frente a las instalaciones de Honduras Clama mientras el Pastor Misael Argeñal ungía la ciudad desde una avioneta.
HÉCTOR MILÁN DIRECTOR DE HONDURAS CLAMA
En 1994 el pastor Mejía fue a representar a Honduras en la primera convocación de intercesores por las naciones en Jerusalén. Allá el Señor le dio palabra por un profeta, indicándole que su tiempo de pastor en la iglesia bautista había terminado, pero que lo establecía en otro ministerio.
Cuando vino a San Pedro sula, comunicó a la asamblea la palabra recibida, la cual fue analizada por la iglesia y entendiendo que Dios estaba en el asunto decidieron poner como pastor a un discípulo preparado en el seminario de la iglesia.
En ese tiempo se dio la oportunidad de nombrar un director en Honduras Clama, debido a que sus fundadores iban a la obra misionera a Jerusalén, la asociación de pastores de San Pedro Sula consideró que el hermano Héctor Milán Mejía era la persona indicada para tomar la dirección del ministerio estableciéndolo como tal el 25 de febrero de 1996.
MENSAJES RELEVANTES PREDICADOS POR HECTOR MILAN EN RELACION A HONDURAS
En los 40 días de ayuno, Dios le dio cinco mensajes para ser predicados usando los medios masivos de comunicación, mensajes que han sido predicados en la fecha que el Espíritu Santo le ha indicado:
Siete principios básicos para ser un líder efectivo 7 de agosto de 1988
La iglesia que el Mundo necesita 18 de septiembre de 1988
El hombre que Honduras necesita 7 de julio de 1992
Honduras luz para las naciones 7 de agosto del 2000
Esta esperando la orden del Espíritu Santo para predicar su último mensaje ordenado por el Señor. “La última oportunidad”. Será una exhortación y un llamado al pueblo hondureño para poder escapar del juicio que vendrá a esta nación.
SU VIDA FAMILIAR
El 16 de diciembre del 2000 contrajo matrimonio con la bella joven Lourdes Suyapa Castro, originaria de la Jigua Copan. La hermana Lourdes pronto se unió al trabajo de Honduras clama y es la que dirige el ministerio de intercesión femenil , realiza reuniones en el templo, desayunos de comunión en hoteles , imparte conferencia de motivación espiritual, además es consejera y es parte del equipo del programa radial Una luz en las tinieblas.
En la actualidad Lourdes estudia en la universidad preparándose para servir mejor en la obra de nuestro Dios
El 2004, El Señor les prestó un hijo al cual El le pusieron por nombre Samuel. Este permanece en el templo y va al programa de radio desde que tenía 40 días de nacido. También predica en reuniones donde su padre es invitado a predicar.
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